Con Dios no hay Opción B
Lectura Bíblica
"Lucas 5:27"
Lucas 5:27
Cierto predicador decía: “que no importaba si el mensaje era largo o corto, lo importante es que sea completo”. Hay frases en la Biblia muy cortas, pero que tienen toda una reacción y una aceptación profunda. El carácter de Dios es el de una persona seria, que no cambia ni muta; lo que Dios dice que hará, lo hace, y cuando hace un llamado espera una sola respuesta.
El hombre, por el contrario, suele ser voluble e incierto. Las palabras y promesas humanas a menudo se las lleva el viento. Cuando recibimos una palabra de parte de Dios, tendemos a cuestionarla, buscamos otras opciones, o nuestra respuesta es “déjeme pensarlo”, “voy a ver”, o “deme algún tiempo para responder”. Pero sencillamente, Dios no es un Dios de opciones múltiples; Él es de una sola opción: das una respuesta afirmativa o la rechazas. Es así de simple.
Vemos el ejemplo de Abraham. Dios le hizo un llamado y un ofrecimiento que requería una sola respuesta: "Deja tu tierra, sé un peregrino, obedéceme y te bendeciré". Y Abraham salió. No hubo un "tal vez", ni un "y si pasa esto o aquello". Abraham confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo: "Yo soy tu Dios, y tú eres mío". Quien confía en Dios le pertenece a Él. Existe una exclusividad en estas palabras: "Te bendeciré, pero me perteneces. Eres Mío".
En la Biblia, todo hombre llamado por Dios parecía improbable conforme a los estándares humanos, pues ningún hombre era perfecto. Todos son llamados por la gracia de Dios, así como lo fuimos nosotros. Un claro ejemplo es Leví (Mateo). Leví era un publicano, un cobrador de impuestos despreciado por su pueblo por colaborar con el Imperio Romano. Eran tenidos en la más baja estima, categorizados junto a los peores pecadores. No podían entrar a las sinagogas ni orar; eran vistos como traidores.
Sin embargo, Jesús vio a Leví sentado en el banco de los tributos y le dijo directamente: "Sígueme". Leví respondió inmediatamente, dejando todo atrás para seguir a Jesús. No preguntó por qué ni para qué; su única opción fue seguir al Maestro. Al instante, Mateo se levantó, dejó todo lo que tenía y lo siguió. No había Plan B, no había otra opción.
Hoy, muchos no entienden este llamado a seguir a Jesús. Hay excusas, hay otras prioridades. Algunos responden como aquel hombre en Lucas 9:59: "Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre". Pero Jesús le dijo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos". O como el otro que dijo: "Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de mi familia". Jesús fue claro: "Nadie que pone su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios".
El llamado "Sígueme" es un mensaje de transformación. Jesús le estaba diciendo a Leví que su lugar y su vida debían cambiar. Es una llamada a levantarse y emprender una nueva ruta, a seguir las pisadas de Jesús, aprender de Él y caminar detrás de Él. No es una sugerencia; es una orden cargada de autoridad. No es una opción entre muchas; es la única opción.
Muchos perderán la salvación porque su vida está más enredada en los negocios de este mundo que en anunciar el reino de Dios. Abraham, Mateo y otros lo dejaron todo para seguir al Maestro. En los planes de Dios no hay dos caminos, solo uno: o lo sigues y dejas todo, o te quedas atrás. Como Pedro, que en un momento siguió a Jesús de lejos y terminó negándolo, seguir al Señor "por las orillas" o con reservas lleva al enfriamiento y a la pérdida de la pasión.
Hoy, muchos renuncian al Señor y dejan todo por sus responsabilidades seculares, diciendo "no tengo tiempo" o "estoy muy ocupado", pensando que pueden seguirle como un "Plan D". Pero para Dios no existen planes alternativos. El llamado de Jesús sigue resonando hoy: ¿Estás dispuesto a seguir a Cristo? Nuestro amor por Él debe ser tan grande que estemos dispuestos a superar cualquier obstáculo. La vida es breve, y el llamado es urgente. Seguir al Señor implica no mirar atrás, dejar lo que nos aleja de Él y seguirle con determinación absoluta.
Oración del día
"Señor Jesús, hoy escucho tu llamado 'Sígueme'. No quiero buscar opciones ni excusas. Te entrego mi vida por completo, dejo atrás lo que me ata y decido seguirte con pasión y determinación. Amén."